Obsolescencia programada: qué es, cómo evitarla y cómo nos afecta

¿Sabes cada cuánto tiempo cambias de ordenador o de móvil?
Seguramente hoy no utilizas los primeros dispositivos electrónicos que compraste hace años.
En una sociedad cada vez más concienciada con los desafíos ambientales, saber qué es la obsolescencia programada y cómo podemos evitarla es muy importante.
Comprar, usar, tirar y de nuevo comprar.
Así funciona el sistema consumista que rige la sociedad mundial.
Los productos que adquieres en comercios y tiendas, transcurrido poco tiempo de la compra, pierden su utilidad, quedan desfasados o directamente se estropean de manera irreparable.
Es la obsolescencia programada y afecta a todos los sectores, desde tus electrodomésticos hasta la moda. A través de este fenómeno, los fabricantes reducen costes y garantizan que la demanda de sus productos nunca decaiga.
Sin embargo, la obsolescencia programada va en detrimento del bolsillo de los consumidores y supone una explotación excesiva de los recursos naturales, así como la generación de inmensas cantidades de residuos tóxicos para el entorno cuando estos productos se vuelven inservibles.
Frente a una realidad insostenible para el planeta, ha surgido el término ‘alargascencia’, acrónimo entre alargar y obsolescencia, que da nombre a los esfuerzos por dilatar la vida útil de los productos.

Qué es la obsolescencia programada
La obsolescencia programada es la programación del final de la vida útil de un dispositivo o producto, especialmente eléctrico o electrodoméstico.
De esta forma, el artículo en cuestión finaliza su tiempo de uso después de un período determinado previamente por su propio fabricante.
Es decir, se vuelve completamente obsoleto a corto o medio plazo generalmente.
El principal objetivo de esta práctica es conseguir que los clientes compren el mismo producto más de una vez, y no solo en una ocasión, para así lograr aumentar la demanda y sus ventas.
Por algo suelen resultar más caras las reparaciones de los productos en comparación con la adquisición de nuevos artículos.
Aunque ahora la obsolescencia programada afecta a todos los artículos electrodomésticos y tecnológicos (además de los automóviles, la ropa o los juguetes), el origen de esta limitación programada de tiempo de uso se sitúa con las bombillas.
Y más concretamente en el año 1924 cuando un ejecutivo de General Motors, una compañía estadounidense de fabricación de automóviles, propuso sacar modelos nuevos cada año para no reducir los objetivos de ventas.

Obsolescencia programada en España
A día de hoy, no existe ninguna Ley en España que supervise la disminución planificada de la vida útil de un artículo o que penalice la obsolescencia programada.
Únicamente el Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, incorpora el deber de los fabricantes de producir estos aparatos de manera que su vida útil sea lo más larga posible.
La Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios incluye el derecho de los consumidores a contar con la información necesaria sobre el consumo de los diferentes bienes y servicios (composición del artículo, cantidad, origen, modo de fabricación, advertencias y duración).

Tipos de obsolescencia programada
Existen varios tipos de obsolescencia programada que detallamos a continuación.
Obsolescencia percibida
La obsolescencia percibida está relacionada con la percepción del consumidor. Se produce cuando los diseñadores de productos electrónicos como los dispositivos móviles, o incluso de ropa y calzado, cambian el estilo de los artículos de manera que los usuarios deseen más los nuevos productos que los antiguos.
Obsolescencia sistémica
La obsolescencia sistémica se da cuando, por ejemplo, un ordenador empieza a ser incompatible con la versión actualizada del sistema operativo.
Obsolescencia fechada
Hay productos para los que directamente se establece una fecha de caducidad. Esto significa que se desactivan después de esa fecha, lo que obliga al consumidor a reemplazar el producto aunque no se encuentre aparentemente en malas condiciones.
Obsolescencia legal
La obsolescencia legal tiene que ver con la regulación por Ley de uso de un artículo. Es decir, cuando la normativa legal prohíbe la utilización de un producto por motivos medioambientales, por ejemplo.

Ejemplos de la obsolescencia programada
Podemos mencionar algunos ejemplos de prácticas de obsolescencia planificada.

Baterías que no se pueden sustituir
Por ejemplo, las baterías del móvil y portátiles, que son de ion de litio, duran entre dos y tres años y no pueden sustituirse, por lo que el consumidor debe comprar un producto nuevo.

Productos que no se pueden arreglar
Igual no sabías que existen artículos electrónicos que están fabricados para no poder repararse. Así el usuario no tiene más remedio que hacerse con uno nuevo para utilizarlo.

Artículos diseñados para su rápido deterioro
Hay productos que se diseñan con el propósito de facilitar su deterioro y que no se prolongue demasiado. Esto se consigue con el empleo de materiales no tan resistentes como otros y en general de menos calidad.

¿Qué causas están detrás de la obsolescencia programada?
Detrás del fenómeno de la obsolescencia programada, se encuentran múltiples causas que lo originan:
• La descatalogación del producto.
• El fallo de algún elemento estructural del aparato.
• La ausencia de piezas de repuesto.
• La incompatibilidad, ya sea de ‘hardware’ o ‘software’, con una versión actualizada del producto.
• El factor psicológico (artículos que rápidamente pasan de moda).
• La fecha de caducidad o de consumo preferente, si se habla de alimentos y medicinas.
La estrategia del fabricante condiciona la durabilidad de un producto. Todas estas empresas persiguen recuperar y rentabilizar los esfuerzos económicos que destinan a la investigación y el posterior desarrollo de avances tecnológicos.
Por tanto, resulta frecuente que los fabricantes decidan sustituir una tecnología por otra y obligar de esta forma a los consumidores a que desechen sus actuales productos y adquieran la novedad del momento.
En el caso de automóviles averiados, recurriendo a un ejemplo, a menudo se convierte en tarea imposible localizar piezas de repuesto adecuadas para determinados modelos lanzados al mercado hace apenas unos años.
Y es que las grandes marcas de coches dejan de fabricar recambios debido a que ya no les sale rentable su producción, por lo que concentran toda su fuerza de trabajo en vehículos nuevos, dejando a los conductores sin otra alternativa que la sustitución del coche.

Consecuencias de la obsolescencia programada
Una de las consecuencias ambientales de la obsolescencia programada u obsolescencia planificada, la más importante, es la generación de la llamada basura tecnológica.
Si se renuevan continuamente los productos tecnológicos, esto provoca que la cantidad de residuos aumente cada vez más y el deterioro ambiental sea mayor. Para evitar esta problemática de acumulación, hay alternativas como la economía circular que fomenta la reutilización, la reparación y el reciclaje de los productos para incrementar su ciclo de vida.

Ventajas y desventajas de la obsolescencia programada
Hablando de ventajas y desventajas de la obsolescencia programada, para las compañías fabricantes, la obsolescencia programada tiene muchas ventajas, ya que con esta práctica logran mantener o incrementar sus ventas anuales.
Pero las desventajas afectan fundamentalmente al medioambiente, tal y como hemos comentado, acentuando la generación de residuos y la sobreexplotación de recursos.
También para los consumidores hay desventajas, principalmente porque la obsolescencia provoca una falta de satisfacción continua con los productos al tener que adquirir siempre los últimos modelos.
Para evitar la obsolescencia planificada, es recomendable leer opiniones de otros consumidores en páginas web o foros, para conocer la vida útil de un producto antes de adquirirlo.
Además de intentar no comprar de forma innecesaria e incorporar la utilización de artículos de segunda mano, reciclados y reciclables, a nuestro día a día.
Si te interesa saber más sobre este tema, hay un documental sobre la obsolescencia programada que se llama “Comprar, tirar, comprar” que reflexiona sobre si deberíamos como sociedad sostener un sistema económico que se fundamenta en el consumismo, y si se deberían fabricar tantos productos teniendo en cuenta que los recursos son limitados.

“Una forma molt personal d’entendre les empreses i els emprenedors”

Llav@-neres
Assessoria i Gestió
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