La actual coyuntura socioeconómica y la inmediatez de la tecnología son el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo constante de nuevas ideas y formas de trabajo. Viveros de empresas, crowdfunding, incubadoras de ideas, aceleradoras, talento, oportunidades, innovación, networking, business angels ... son términos que últimamente están a la orden del día.
La rapidez, la conexión y la inquietud provocan que hoy surjan con más fuerza que nunca nuevos emprendedores y start-ups. Dos retos profesionales y personales que inician su actividad con tanta energía y pasión que a menudo deben sortear todo tipo de obstáculos imprevistos que podrían comprometer su supervivencia.
En este panorama, que cambia a una velocidad vertiginosa, las compañías de seguros han tenido los suficientes reflejos como para ofrecer una respuesta rápida a las necesidades del mercado. De tal manera que han desarrollado dos nuevas oportunidades aseguradoras, diseñadas específicamente para estos dos perfiles empresariales:
Por un lado, un producto dirigido a start-ups, empresas de reciente creación, base tecnológica e innovación, que les permite resolver los problemas derivados, entre otras sanciones por incumplimiento en el tratamiento de datos, accidentes de sus fundadores y reclamaciones de terceros.
Ya que éstas son especialmente frágiles y vulnerables ante una demanda de responsabilidad civil de uno de sus creadores o directivos. La falta de experiencia y los generalmente limitados recursos económicos de estas jóvenes empresas, pueden hacer que una demanda de estas características sea letal para su continuidad.
Un caso real en el que serían necesarias las coberturas de este tipo de seguro sería, por ejemplo, que por un descuido, la base de datos de los clientes quedara abierta y un compañero del vivero empresarial la utilizara para otra finalidad sin darse del peligro. A raíz de este uso fraudulento, uno de los clientes reclamaría a la Agencia de Protección de Datos y el responsable de la start-up debería hacer frente a importantes sanciones que podrían paralizar el proyecto.
Por otra parte, el Seguro Autoemprendedor está dirigido al trabajador autónomo, que desarrolla una actividad o gestiona un pequeño negocio en su nombre, generalmente desde un planteamiento de autoempleo, con volúmenes reducidos de facturación anual y habitualmente sin trabajadores.
Asegurar un negocio es fundamental para que el emprendedor se desarrolle con la tranquilidad necesaria. Según reconoce el estudio "El seguro y el tejido productivo", realizado por UNESPA en colaboración con IPSOS, el 40% de las pymes asegura haber sufrido un siniestro en los últimos 5 años. De este grupo, un 2% reconoce que no hubiera podido continuar con su actividad si no hubiera sido porque contaba con un seguro, y un 10%, que lo habría hecho con dificultades.
Se ofrece así una cobertura integral frente a los riesgos a los que puede estar expuesto el autónomo: protección de su patrimonio ante reclamaciones, cobertura por los bienes asegurados (equipamiento local, mercancías, etc.),
Y le garantiza los ingresos si éste se ve obligado a suspender su actividad a causa de un siniestro. También contempla la protección aseguradora ante los accidentes que pueda tener el profesional en el desarrollo de su actividad, y cubre el robo de la mercancía y el equipamiento durante el transporte.
RESUMEN
Dentro del boom emprendedor, el seguro es una pieza clave para afrontar con éxito el desarrollo de nuevos proyecto e ideas y crear las condiciones favorables para facilitar la entrada en el mundo empresarial.
Una forma molt personal
d’entendre les empreses i els emprenedors
Llav@-neres