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Los productos tendrán tres años de garantía y los fabricantes deberán poder repararlos durante 10 años.

Garantía de tres años para los productos
En el mes de abril de 2021 el Gobierno de España aprobó una modificación en la Ley de consumidores. Con ella se establece que la garantía de un producto obligatoria pasa de ser de dos a tres años. ... Por tanto, a partir del 1 de enero de 2022 cualquier producto tendrá una garantía de tres años.
Pero no solo eso, además, las piezas deberán estar disponibles diez años más hasta que el producto presentara fin de existencias.
Antes de esta modificación, las empresas estaban obligadas a tener piezas hasta cinco años después de que se dejara de fabricar un producto.
Esta normativa entrará en vigencia el 1 de enero de 2022 y su objetivo es dar “un paso más en la economía circular”.
Es decir, en la cultura de reutilizar, reparar y reciclar los productos para, así, conseguir alargar la vida útil de estos.
El origen de la modificación de la garantía de un producto de tres años está en las directivas europeas. Estas apuestan por productos más duraderos con el fin de obtener un modelo de consumo más sostenible.
Por tanto, la reforma toma la durabilidad del producto como criterio objetivo para determinar si los consumidores están satisfechos con la compra.
Los contenidos o servicios digitales, tales como programas informáticos, aplicaciones, juegos digitales, libros electrónicos u otras publicaciones electrónicas, tendrán una garantía de dos años.

Ventajas de una garantía de tres años de un producto
Este cambio en la normativa vigente de una garantía de un producto de tres años facilita varias ventajas para los consumidores. A continuación, vamos a pararnos en algunas de ellas:
• Los clientes eligen si se repara o se sustituye un producto. Como veníamos diciendo, hasta ahora eran las empresas las que tomaban esta decisión. Por ello, no en todos los casos los clientes quedaban satisfechos con las reparaciones y preferían un producto nuevo. Dependiendo del objeto, el período para demostrar que no está satisfecho con el producto adquirido varía de seis meses a uno o dos años. Ahora con este cambio en la Ley de consumidores es posible. De esta forma, los compradores quedarán más satisfechos con sus productos.

.- Las piezas deberán estar disponibles hasta diez años después de dejarse de fabricar el producto. De esta manera se consigue ampliar el tiempo de vida útil del producto ya que se podrá reparar pese a que este sea antiguo. Así también se fomenta más a largo plazo la economía circular que mencionamos anteriormente y se reduce el impacto en el medio ambiente.

.- Los consumidores no tendrán que demostrar en los dos primeros años que el producto incumple aspectos del contrato de compraventa. Los primeros dos años de la garantía bastará con que el consumidor exija reparación o sustitución del producto. Sin embargo, a partir del tercer año el fabricante podrá exigir una prueba pericial para demostrar que los fallos del producto están asociados a la fabricación.

.- El índice de reparabilidad entrará en vigor. Con el anuncio de la ampliación de plazo de las garantías de los productos, el Ministerio de Consumo también anunció el índice de reparabilidad. Con este índice, que ya se aplicaba para clasificar los electrodomésticos y otros aparatos electrónicos, se busca que el consumidor tome mejores decisiones a la hora de adquirir productos electrónicos.

Nuevos derechos y garantías para los usuarios
Además de la garantía de tres años y ante el aumento del comercio online, el Ministerio de Consumo ha visto oportuno otorgar nuevos derechos y garantías a los usuarios.
Con esto, se reconoce por primera vez que los servicios digitales gratis no lo son, puesto que se pagan con los datos personales de los usuarios.
La reforma establece reglas simples y claras sobre cómo y cuándo los empresarios cumplen con sus obligaciones de proporcionar contenidos o servicios digitales. En la mayoría de los casos, los empresarios están obligados a proporcionar contenidos o servicios digitales sin demora indebida, lo que significa que estos contenidos o servicios deben proporcionarse de forma inmediata.
La nueva medida está recogida en un Real Decreto-Ley ómnibus, que también incluirá nuevos derechos y garantías para los usuarios ante el auge del comercio online, en línea con lo propuesto por la Unión Europea, que a finales de noviembre aprobaba el denominado 'derecho a reparar'.
La nueva normativa que amplía la garantía de los productos a tres años es la transposición de la normativa europea y también aplicará por primera vez sobre los contenidos y servicios digitales, que deberán ofrecer al menos dos años de garantía.
Unos contenidos que "no cuestan dinero al consumidor sino que se obtienen a cambio de sus datos personales".
Entre los productos recogidos en esta categoría se incluyen "programas informáticos, aplicaciones, archivos de vídeo, archivos de audio, archivos de música, juegos digitales, libros electrónicos u otras publicaciones electrónicas".
La durabilidad de un producto se establece como un criterio objetivo. Cuando un producto no tenga la durabilidad pactada en el contrato de compra, el cliente tendrá derecho a elegir entre la reparación o la sustitución del mismo. Esta nueva normativa amplía de tres a cinco años el plazo para cuando un cliente no esté conforme y se pasa de seis meses a uno o dos años, en función del objeto, el plazo para acreditar que no se está conforme con el producto comprado.
El principal cambio en este apartado es que el consumidor solo deberá demostrar que el producto comprado no es conforme a lo acordado, sin necesidad de demostrar su falta de conformidad en el momento de la entrega, como hasta ahora.
Otro cambio es que las garantías comerciales que se incluyen en la publicidad prevalecerán a las de la declaración de garantía legal si son más beneficiosas para el consumidor. Su entrada en vigor será a partir del 1 de enero de 2022.

España anuncia el índice de reparabilidad: un nuevo etiquetado con notas para dispositivos electrónicos según lo fáciles que sean de reparar
El ministro de Consumo, ha anunciado un nuevo etiquetado para dispositivos electrónicos. Un índice de reparabilidad que mostrará con una nota lo fáciles que son de reparar esos productos.
España será el segundo país europeo en implementar una clasificación así, siguiendo los pasos de Francia.
El pasado mes de noviembre, Europa aprobada el "derecho a reparar", una iniciativa entre la que se limitaba los productos de un solo uso y se urgió a los distintos países a que se implemente "un etiquetado obligatorio para proporcionar información clara, inmediatamente visible y fácil de entender a los consumidores sobre la vida útil estimada y la capacidad de reparación de un producto en el momento de la compra".

Una nueva etiqueta obligatoria para los productos tecnológicos
El anuncio ha llegado coincidiendo con el día de los derechos del consumidor. Esta medida, que acompañará al producto en su embalaje: "ayudará a los consumidores a tomar mejores decisiones en el momento de la compra" y permitirá "reducir la huella ecológica al incentivar la reparabilidad frente a la obsolescencia".
La llegada de este índice de reparabilidad sigue la propuesta de Europa. Previsiblemente, este nuevo etiquetado guarde muchos parecidos con el índice francés, donde se puntúan los productos tecnológicos del 1 al 10.
En el caso francés, obligatorio para todas las empresas, se puede consultar la puntuación de reparabilidad de los productos tanto en el momento de la compra como en las páginas web donde se promocionan los productos.
En vigor desde el pasado enero de 2021, compañías como Apple ya muestran la nota en sus tiendas físicas y online, tanto en los iPhone como en los ordenadores macOS. Obteniendo en algunos casos bajas puntuaciones como en el iPhone 12, con un 6,0 sobre 10 en cuestión de reparabilidad.
La puntuación de los productos tecnológicos será ofrecida por las distintas compañías, siguiendo unas pautas establecidas por Consumo.
Según explica el ministerio, para calcular este índice del uno al diez:

"Se tendrá en cuenta la documentación proporcionada por el fabricante para la reparación y la facilidad para desmontar el producto. También sumará en el cálculo la disponibilidad de piezas de repuesto, la relación entre el precio de las piezas de repuesto y del producto original, así como otros criterios específicos en función de la categoría AEE (asistencia y facilidad en el reinicio de software".
El índice es el resultado de sumar todos los puntos y dividir para obtener la media. Serán los propios fabricantes o importadores quienes calculen el índice de los aparatos, aunque serán las autoridades de Consumo y de Vigilancia de Mercado quienes supervisen que el etiquetado es correcto.
En el caso francés, este índice se aplica sobre lavadoras, portátiles, smartphones, televisores y cortadoras de césped.
En España, por el momento no se ha especificado qué dispositivos electrónicos deberán ofrecerlo ni a partir de cuándo estará disponible.

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Llav@-neres
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